La Era Paleozoica, que duró desde hace 570 a 246 millones de
años, la vida de nuestro planeta aumentó increíblemente. Muchos animales desarrollaron
caparazón o esqueleto.
A principios del
Paleozoico, todos los seres vivos eran acuáticos: ni uno solo vivía en tierra
firme, ni siguiera las plantas. Hacia finales del Paleozoico, la vida había
avanzado tanto, que varios seres habían logrado conquistar la tierra firme.
Esta era se compone de los períodos siguientes: Cámbrico, de 570 a 505 millones
de años; Ordovicio, de 504 a 438; Silúrico, de 437 a 408; Devónico, de 407 a
362; Carbonífero, de 361 a 290; y Pérmico, de 289 a 246.
Si no tuvieras
esqueleto, serías una masa blanda, incapaz de moverte. Sin caparazón, un
cangrejo también sería una pulpa blanda que no tardarían en devorar otros
animales. En el esqueleto o el caparazón se pueden fijar los músculos, que
hacen posible el movimiento. El caparazón también protege el cuerpo blando, que
así se desplaza sin correr tantos riesgos.
La materia dura que
compone las conchas y los esqueletos proporcionaba también a los animales una
sustancia capaz de raspar o cortar la comida. Así, gracias a estas partes
duras, los animales pudieron abandonar el fondo del mar y encontrar mejores
condiciones de vida y más alimento.
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